La gente se maquilla desde la antigüedad de diferentes maneras y con diferentes artilugios, pero en el fondo siempre surge la misma idea, estar mas atractivos mejorando nuestro aspecto externo.
Hoy en la actualidad el maquillaje se utiliza como un “arma” de seducción, es indudable que es más atractivo un rostro bien maquillado porque con ello se pueden realzar los rasgos más bonitos y esconder los menos agraciados.
Una forma fácil de conocer más sobre la historia del maquillaje es hacer un viaje a través del tiempo y conocer las antiguas civilizaciones para observar como ellos hicieron uso de los cosméticos y de que forma los obtenían.
Los antiguos egipcios no solo eran coquetos, sino que además muy cuidadosos y responsables en temas de estética y salud. Desde el periodo Predinástico los hombres y las mujeres del antiguo Egipto se protegían y embellecían los ojos con medesmet o khol, un polvillo negro que, mezclado con agua, se empleaba como antideslumbrante del sol, protector de enfermedades oculares y también como repelente de insectos con solo trazar una línea alrededor de cada ojo, parecía ser que el Maquillaje de los ojos era un requisito ineludible para hombres y mujeres.
Las mujeres egipcias resaltaban sobre todo los ojos que maquillaban con colores fuertes, los parpados los pintaban con colores vivos que obtenían a base de mezclar tierra cenizas y tinta.
En la edad antigua, griegos y romanos perfeccionan las técnicas del maquillaje.
Gana importancia la piel, la cual comienzan a maquillar para conseguir blanquearla mediante una mezcla hecha a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo) que al final obtenía resultados totalmente contrarios a los pretendidos, ya que al contacto con el sol se oscurecía el rostro.
Es en esta etapa donde encontramos la creación del famoso y actual rímel.
En los inicios del siglo XIX, surge el primer intento de eliminar las arrugas a base de un invento mortificador al que llamaban el “esmaltado de la cara” que consistía en lavar primero la cara con un liquido alcalino, después se extendía una pasta para rellenar las arrugas y encima se colocaba una capa de esmalte hecho con arsénico y plomo, la cual duraba aproximadamente un año. Si la mascara era muy gruesa se agrietaba al menor movimiento y desde luego era de lo mas insano e incomodo de llevar.
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